martes, 8 de agosto de 2017

De escritor veleta a escritor veleta algo más organizado.


A las buenas, querido lector.

Siempre he sido un escritor "veleta" a la hora de crear una novela. He intentado ser organizado, de verdad, pero no puedo, no me sale. Siento que lo que creo así es artificial, demasiado premeditado y nada sorpresivo. Ojo que no puedo criticar a quien así escribe. Conozco casos de escritores a los que nunca me podré acercar a su talón y lo hacen de esta manera, pero yo no puedo. Necesito dejarme llevar. Ver hacia dónde va la historia para, en un momento dado, meter un giro de 180 y mandarlo todo a tomar viento.

Creo que es algo positivo en mi escritura.

Ahora bien, llega un momento en el que las cosas se enredan, que quiero dotar a la novela de un mayor número de personajes y me niego que su paso sea sin pena ni gloria. Está claro que no es recomendable meter cientos de tramas, sobre todo si muchas de ellas carecen de sentido, pero sí es verdad que hay veces que la personalidad con la que has dotado a tus creaciones te piden algo de interacción entre ellos.

Y si ya nos centramos en una investigación por homicidio en la que intervienen más manos de las que creemos (no, no existe el super inspector capaz de hacerlo todo él solo. NO), todo se complica más.
Es por eso que he tenido que decidirme por emplear un método de organización. No por ello quiere decir que lo vaya a tener todo planificado, pero sí veo que necesito separar las tramas por personaje (eso incluye sus acciones, su hecho y por hacer) y sus interacciones entre ellos. Más que nada por no dejarme nada en el tintero. Todo está en mi cabeza, y aunque lo pase al papel sé que seguirá estando, no me va a ayudar a liberar algo de espacio, pero al menos entiendo que así no me dejaré nada. Intentaré que el lector no se quede con la sensación de que parezca que falte algo.

La idea la tomé de una serie de televisión (que os recomiendo si queréis echar alguna risa y de paso ver cómo funciona la cruda realidad de una empresa: Silicon Valley. El método se llama SCRUM y consiste en crear tres apartados (Por hacer, en curso y hecho). En el primero se agregan post it de todo lo que pase por tu cabeza, de cada idea que quieres que aparezca en el texto y que en algún momento debes meter. Siempre irás revisando esa "pizarra" (en mi caso, primero la cree de forma real, ahora lo he hecho virtual con Scapple) y verás lo que tienes que poner en algún momento. Cuando llegue la hora de utilizar ese recurso, la sacas de ahí y la parte de "por hacer" irá menguando.



Eso también sirve para saber qué has hecho ya y qué no.

No sé si resultará, pero desde que lo estoy empleando estoy algo más tranquilo porque pienso que no se me va a quedar nada en el tintero.

Y es que en lo que estoy ahora, hay 21 personajes activos (de momento), imagina lo que cuesta saber si quién le dijo qué a fulano o si mengano ha hecho no se qué con quien sea.

Siento la chapa, pero este es mi blog, ¿no? ;D

Blas.

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